Archivo mensual: julio 2010

Una Nueva Decepcion

Como pocas veces, la inmensa mayoría del pueblo cubano esperó este aniversario del 26 de julio, el 57 del asalto a los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo. No es que el fervor revolucionario sea grande, ya apenas existe debido a tantas frustraciones, sino que se esperaba que el Presidente Raúl Castro anunciara las reformas urgentemente requeridas por Cuba para emerger de la asfixiante crisis.

El General ni siquiera habló. Encargó el discurso a José Ramón Machado Ventura, primer vicepresidente del Consejo de Estado, cargado de viejas citas y consignas para destacar que continuarán “el estudio, el análisis y la toma de decisiones que conduzcan a superar nuestras insuficiencias en todos los ordenes, y perfeccionar nuestra sociedad.” Por tanto se sigue dando largas a las reformas, después de que el 26 de julio de 2007, hace tres años, en acto similar en Camagüey, Raúl Castro reconoció la necesidad de reformas estructurales y de concepto.

El veterano funcionario añadió: “No nos conduciremos por campañas de la prensa extranjera. Proseguiremos con sentido de responsabilidad, paso a paso, al ritmo que determinemos nosotros, sin improvisaciones ni precipitaciones. …Cambiando lo que deba ser cambiado en este momento histórico, pero sin aceptar jamás presiones externas ni menoscabo alguno a nuestra soberanía.” Como si no fuéramos los cubanos los primeros interesados en aplicar transformaciones que nos saquen del atolladero al que nos ha conducido un sistema disfuncional, y el obstinado egoísmo de personas sólo interesadas en preservar el poder absoluto por tanto tiempo disfrutado, aunque ello signifique miseria y sufrimiento para el pueblo.

Resulta contradictorio que se siga hablando de defensa de la soberanía nacional, cuando el país está en bancarrota y ni siquiera se puede reintegrar el dinero depositado en cuentas nacionales por entidades extranjeras, lo cual ha llevado la nación a un completo descredito, y la ha hecho más dependiente del desgobierno de Hugo Chávez, con los compromisos y peligros resultantes para nuestra soberanía.

Cuba, precisamente por la absurda política económica mantenida durante 51 años, ha quedado aislada en el contexto internacional, con la única opción de la “unión económica” con el país que tiene uno de los índices de inflación más alto del mundo -el mayor de Sudamérica, más del 30,0%-, desabastecimiento generalizado, impactante inseguridad ciudadana, y tres años consecutivos de decrecimiento del PIB. Con colosales recursos petroleros en momentos de altos precios del oro negro, es una increíble paradoja, que refleja el nivel de estulticia e incapacidad de la administración de Chávez. La desesperada crisis económica iniciada a comienzos de la década de 1990 ha lanzado a los cubanos al regazo de este Juan Vicente Gómez del siglo XXI.

Esperamos que en la sesión de la Asamblea Nacional a celebrarse el 1 de agosto, las autoridades cubanas despierten de su letargo y comprendan que ya se acabó su tiempo. Es hora de actuar ante una crisis que incluso amenaza nuestra existencia como nación.

La Habana, 27 de julio de 2010

Oscar Espinosa Chepe, Economista y periodista independiente

* Foto tomada de: http://cubajournal.blogspot.com

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A Favor de la Sensatez

Con el inicio de la liberación de los 52 presos de conciencia del grupo de los 75, y el posterior anuncio oficial de que todos los prisioneros pacíficos cubanos también serán excarcelados, se ha dado un paso muy importante que potencialmente permitiría ir más allá de la reparación tardía de una enorme injusticia.

La permanencia de esos pacíficos luchadores por la democracia en las cárceles constituía un gran obstáculo para la creación de un ambiente propicio a las transformaciones económicas, sociales y políticas urgentemente necesitadas, así como representaba un valladar  insalvable para mejorar las relaciones con Estados Unidos, la Unión Europea y otros países democráticos.

Sin embargo, la eliminación de ese problema no significa automáticamente el comienzo de cambios, sino la creación de condiciones para ello.  El inicio de un curso democrático no resulta tarea fácil después de 51 años de totalitarismo.  Además, es obstruccionado por fuerzas dentro y fuera del gobierno, que por distintas razones se oponen a la reconciliación  y la apertura, y están dispuestas a realizar cuantas emboscadas sean posibles para impedir el avance gradual hacia la concordia y el entendimiento.

Independientemente de los análisis que se hagan para explicar porque las autoridades se dispusieron  a conversar con la iglesia católica cubana, resultante en el compromiso de excarcelar a todos los presos  de conciencia y políticos pacíficos, ello  representa un paso positivo.  Aunque en muchas ocasiones no hemos estado de acuerdo con  posturas del actual gobierno de España, es justo reconocer su papel positivo en el acompañamiento de estas negociaciones y  las facilidades brindadas para que los liberados se trasladen con sus familias a la Península.

Si bien  la solución definitiva de nuestro drama nacional es responsabilidad de los cubanos,  la comprensión y la solidaridad mundial son de gran ayuda.  Sería recomendable que la comunidad internacional  reconociera esa decisión de las autoridades cubanas, fundamentalmente Estados Unidos y la Unión Europea.  Es indiscutible que la solo liberación de los presos no constituye la solución total del problema cubano, son indispensable cambios en lo económico, político y social. Incluso de  mantenerse el asfixiante clima imperante, en un corto tiempo se llenarían nuevamente la cárceles, y la  represión podría ser aún mayor para tratar de sofocar la cada vez más creciente inconformidad popular.

Pero esto no resta importancia a lo realizado, por lo que es necesario un moderado reconocimiento internacional y gestos calibrados, con el objetivo de alentar al sector reformista, cada vez mayor dentro del partido y el gobierno.  Lo contrario serviría  de argumento a los elementos más conservadores  para justificar su posición inmovilista, bajo el pretexto de que haga lo que  haga el gobierno, la comunidad internacional se mantendrá indiferente.

Si antes de la liberación de los presos tenía lógica que los legisladores de Estados Unidos eliminaran la prohibición de viajar a sus ciudadanos y flexibilizaran la venta de alimentos a Cuba, hoy es más perentorio que esto se efectúe.  Al mismo tiempo, es necesario que se intensifiquen los intercambios culturales, deportivos, académicos, religiosos y de todo tipo con la isla.

Respecto a la Posición Común de la Unión Europea, debería analizarse tomando en consideración  no sólo la liberación de los prisioneros, sino también los resultados de la próxima reunión de la Asamblea Nacional y otros acontecimientos que eventualmente se produjeran después.  Quizás su examen en septiembre debería aplazarse para dar un margen de tiempo mayor a las conversaciones iglesia-gobierno y los cambios esperados.  Una decisión precipitada podría ser  prematura.  Además de posponerse la toma de decisión, podría acordarse un encuentro con el gobierno cubano para verificar  sus intenciones a corto plazo.  Una cosa sí tiene que garantizarse: la Unión Europea debe realizar contactos  con toda la sociedad cubana en ocasión de las visitas de los representantes de los distintos países miembros a La Habana.

La Habana, 25 de julio de 2010

Oscar Espinosa Chepe

Economista y Periodista Independiente

Miriam Leiva

Periodista Independiente

* Foto tomada de http://www.elpais.es

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Los Pueblos Motivados se Elevan. El Cubano También.

Nelson Mandela cumplió 92 años el 18 de julio.  La sabiduría ha sido el don inmenso del Madiba, labrada durante los 27 años de cárcel, mediante la introspección y el amplio estudio, fundamentalmente de la naturaleza humana y las complejidades de su país.

El odio y la revancha no nublaron su razón. Se elevó sobre el egoísmo y la adulación para iniciar la difícil obra de reconciliación en la Sudáfrica surgida del opresivo y cruel apartheid.   Indudablemente ha podido disfrutar del extraordinario cariño de su país y ser honrado por ciudadanos de cualquier lugar del mundo.  Fue elegido presidente en 1994, a los 76 años de edad, en las primeras elecciones libres y multirraciales.  En 1999, a los 81 años, declinó la reelección, pero se ha mantenido atento al acontecer nacional, sin interferir, y se involucra en causas nobles de beneficio universal.

La vida y obra de Mandela son una vasta fuente de enseñanzas.  Su autobiografía “El difícil camino hacia la libertad” que incita a la reflexión, puede contribuir a la comprensión de los problemas de las diversas sociedades y a la forma de procurar soluciones.  No se trata de la verdad revelada, sino de la posibilidad de ver más allá de  estrechos intereses o de obcecación.  Con motivo de este aniversario, la televisión cubana presentó la película “Invictus”, que muestra como al iniciar su difícil presidencia logró aunar voluntades para comenzar a reconciliar Sudáfrica a través del futbol rugby.  Tuvo la sabiduría de incentivar a un equipo en crisis, que entusiasmó a todos los ciudadanos.

El Comandante Fidel Castro ha retomado la vida pública, después de su prolongada ausencia desde finales de julio de 2006, según han informado los medios de prensa gubernamentales.  Escogió el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) el 7 de julio -día en que se anunció la próxima liberación de los 52 prisioneros de conciencia de los 75, como resultado de las negociaciones con la Iglesia Católica Cubana y el acompañamiento de España-, aunque se publicó el 12.  Ese día también participó en una Mesa Redonda Especial de la televisión para “valorar los peligrosos acontecimientos que tienen lugar en el Oriente Medio”.  El 13 de julio se reunió con los especialistas del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, donde pidió a los académicos pensar sobre “como se pueden enfrentar los desafíos de una inminente  guerra atómica e impulsar una nueva civilización que no repita los errores cometidos hasta hoy”. El 15 de julio presenció el show de los delfines en el Acuario Nacional, donde advirtió que “hay dos peligros tremendos, el peligro de guerra y el peligro para el medio ambiente.”

La visita al Ministerio de Relaciones Exteriores el 16 de julio ha sido muy significativa.  El Comandante  “sorprendió” a los embajadores durante el encuentro anual en la sede del MINREX, les trasladó sus evaluaciones sobre la peligrosa situación internacional y entregó una carta personal con sus orientaciones. El pasado año,  Raúl Castro presidió el juramento de los nuevos embajadores. En esta ocasión, juraron “su fidelidad a la patria, su revolución, Fidel y Raúl” ante Esteban Lazo, vicepresidente del Consejo de Estado,  y colocaron una ofrenda floral en el monumento a José Martí en la Plaza junto a Ricardo Cabrizas, vicepresidente del Consejo de Ministros,  y otros dirigentes.  Entre los preparativos para la guerra, se  retiraron los niños de los diplomáticos  y se han tomado las medidas para la máxima protección de las embajadas.

Como se sabe, las últimas 9 Reflexiones del Comandante han estado dedicadas a vaticinar la inminente guerra atómica mundial, que se originaría en torno al programa nuclear iraní y el hundimiento de un buque de Corea del Sur.  En ambos casos, considera que la razón está del lado de Irán y Corea del Norte, contrario a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Inclusive en el mensaje de felicitación a Nelson Mandela por su cumpleaños se refiere a la eventual catástrofe.

Próximo el acto del 26 de julio, cuando se cumplen 4 años del alejamiento activo del poder de Fidel Castro y 3 años del discurso promisorio de cambios estructurales y de conceptos por Raúl Castro -no implantados-, cabría esperar el anuncio de un programa de medidas para enfrentar la aguda crisis nacional.  Es  muy probable que el recuperado Comandante se presente en la tribuna y hasta se dirija a la población.

El pueblo agobiado por las carencias y las prohibiciones reclama cambios, tales como permitir la libre creatividad, el trabajo por cuenta propia, las pequeñas empresas productivas y de servicios, más independencia en la agricultura  y el respeto a la pluralidad de opiniones para comenzar el despegue  en la reconstrucción con la participación activa de  todos y la reconciliación de los cubanos.

Ahondaría la actual crisis de credibilidad del gobierno  no acometerlos.  Los temas de política internacional están muy alejados de la realidad que se vive en el país y  no interesan en general.  Tampoco provocan temor las supuestas amenazas del imperialismo yanqui.  Por el contrario,  la mayoría de la sociedad apoya el cese de las imprecaciones y el mejoramiento de relaciones con Estados Unidos, a la luz de la política de acercamiento entre los ciudadanos favorecida por la Administración Obama.

Se requiere hoy desatar las amarras para motivar a todos a “halar parejo” en beneficio propio y de la patria.

La Habana, 19 de julio de 2010

Miriam Leiva

Periodista Independiente

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