El fallecimiento de Fidel Castro el 25 de noviembre, según anunció el presidente, fue el acontecimiento más importante en Cuba desde 1959. El Comandante en Jefe es mantenido omnipresente, mientras las autoridades aducen la ausencia de culto a la personalidad por deseo expreso del fallecido de no erigir monumentos, nombrar calles ni plazas. Más efectivo es mostrar posters y repetir sus palabras en todas partes para “inspirar” los sacrificios impuestos a los cubanos y encarar las tensiones económicas de 2017. No obstante, su ausencia pudiera abrir el camino a un alejamiento de los sectores más conservadores para acelerar las reformas, y procurar disminuir el descontento social y preservar el poder.
El VII Congreso del Partido Comunista de Cuba efectuado en abril postergó todas las decisiones principales por el Comité Central en 2017: Plan Nacional de desarrollo económico y social hasta 2030; Propuesta de Visión de la nación. Ejes y sectores estratégicos y Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista; y ajustes a la Actualización de Lineamientos para 2016-2021. Raúl Castro informó la disminución de la militancia de 800 000 a 670 000. También prometió readaptar la Constitución y reconocer la propiedad privada para “llamar las cosas por su nombre y no refugiarnos en ilógicos eufemismos”; se refería al trabajo por cuenta propia y la autorización de contratar fuerza de trabajo.
La economía en 2016 continuó la tendencia decreciente. El 2% de incremento del Producto Interno Bruto (PIB) planificado solo alcanzó un 1%, según informó el presidente en julio, pero especialistas estiman que difícilmente llegue al 0,4%, con recesión en 2017. La actualización del modelo económico prevista en los Lineamientos ha sido imposible como prevenían los analistas, entre ellos Oscar Espinosa Chepe, junto a la paralización del proceso desde 2015 y retroceso a restricciones fallidas en la agricultura y la comercialización, fundamentalmente, durante 2016. Raúl Castro expresó en el Congreso del Partido que el mayor freno era el lastre de la mentalidad obsoleta. En julio adujo la incidencia de las dificultades económicas de Venezuela e internacionales, reconoció la carencia de liquidez, y anunció restricciones para afrontar la crisis y su compromiso de honrar el pago a los acreedores. Las condonaciones de las deudas internacionales y la posibilidad de utilizar los pagos pendientes del principal para inversiones de compañías de los países involucrados en sectores priorizados, como turismo, biotecnología, energía y alguna infraestructura abrieron oportunidades, si bien utilizadas.
El turismo es considerado la locomotora de la economía, después de decenios de rechazo. Este año se espera 3.8 millones de visitantes, ayudado por la atracción surgida de los nexos con Estados Unidos. Hasta noviembre, 233 000 estadounidenses y 260 000 cubanoamericanos viajaron a Cuba, para un 66% y 6% más que igual período de 2015, según Granma 17-12-16. Los vuelos directos y la rebaja de los precios podrían aumentar significativamente esas cifras en diciembre.
El huracán Matthew arrasó Baracoa, Imías, San Antonio del Sur, Yateras, en la provincia de Guantánamo, y poblados cercanos de la provincia de Holguín, con daños en la zona minera de Moa, el 4 de octubre. Las plantaciones de cacao, coco, café, productos alimenticios, puentes, carreteras, tendido eléctrico, sistemas hidráulicos fueron devastados. La ONU, Venezuela, Ecuador y Rusia han donado para asistir a los residentes que perdieron todas sus pertenencias y ayudar a reconstruir esa pauperiza zona oriental de Cuba.
En las relaciones internacionales, la visita de Barack Obama en marzo fue el acontecimiento más importante, con gran repercusión en las esperanzas y admiración de la población por el presidente de Estados Unidos; estancia solo antecedida fugazmente por Calvin Coolidge en 1928. Obama emitió una Directiva Presidencial Política sobre Cuba con un enfoque integral para promover que la apertura sea irreversible, y el quinto paquete de medidas, el 14 de octubre. Estados Unidos cambió de negativo a abstención al votarse el proyecto de resolución contra el embargo presentado por Cuba en la Asamblea General de ONU.
Sin embargo, el gobierno cubano aplicó el cincuentenario inmovilismo a la dinámica realidad estadounidense, seguro de la victoria de Hillary Clinton, pero el nuevo presidente Donald Trump es una gran incógnita. Asi, frenó el mayor impacto que pudieran haber tenido las medidas de Obama en beneficio de los cubanos y el país en general, y desaprovechó las posibilidades de brindar argumentos a los legisladores favorables al levantamiento del embargo para impulsarlo en la Cámara de Representantes y el Senado, asi como a los empresarios cubano-americanos y norteamericanos promotores de vínculos económicos, comerciales, científicos, culturales y otros.
En el período sobresale la realización del quinto encuentro de la Comisión Bilateral, la segunda reunión sobre Derechos Humanos, el Diálogo Económico Bilateral, la visita de la esposa del vicepresidente Dra. Jill Biden, los intercambios de delegaciones de alto nivel, los documentos de colaboración en diversas esferas como el memorando de entendimiento para la cooperación en el control del cáncer y el estudio de medicamentos para posible utilización en Estados Unidos, los vuelos directos de ocho compañías desde 10 ciudades de ambos países, la apertura del hotel 4 Points de Sheraton en la 5ta avenida de Miramar en La Habana, el Hotel Inglaterra frente al Parque Central y el Hostal Santa Isabel, las comunicación de IDT Domestic Telecom, Verizon y AT&T, las tarjetas de crédito del banco Stonegate, la cooperación entre Google y Etecsa, y la actuación de notables artistas en ambos países.
La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC, sigla en inglés) estima en $3.000 millones las remesas a Cuba, y reportó la caída en un 40% de las importaciones cubanas de productos agroalimentarios de Estados Unidos, de 285 millones de dólares en 2014 a $183.6 millones en 2015, a pesar de que Cuba importa unos 2.000 millones anuales en alimentos.
La Unión Europea se preparó para incrementar su presencia en Cuba. Además de condonar las deudas existente desde 1986 cuando Fidel Castro las proclamó impagable, negoció el Acuerdo de Colaboración firmado en diciembre, y eliminó la Posición Común establecida en 1996. Aunque es el segundo socio comercial de Cuba, con fuerte presencia en el turismo –especialmente España-, y se extiende como es el caso de Francia en hoteles, aeropuertos y otros, sus empresas, no podrán hacer grandes inversiones debido a la posibilidad de penalización por el embargo de Estados Unidos.
Durante el año visitaron los primeros ministros de Japón, Irán, China y Canadá, el presidente de Viet Nam –presumiblemente el último recibido por Fidel Castro-, el Papa Francisco y el Patriarca Ruso Kiril para un encuentro bilateral, y un vicepresidente de Rusia. Además, notables personalidades participaron en las exequias del Comandante. La conclusión de los Acuerdos de Paz de Colombia en La Habana, la asistencia de Raúl Castro en la ceremonia de firma efectuada en Cartagena de Indias y su visita a Francia sobresalen.
La represión a la sociedad civil independiente continuó con estrecha vigilancia a las casas de opositores, detenciones de corta duración, y el encarcelamiento de El Sexto y otros activistas de la sociedad civil independiente. El gobierno procura dar impresión de apertura mediante la ampliación de los puntos de wifi, unas 2 000 viviendas con acceso experimental a Internet en La Habana Vieja y Centro Habana, rebaja del excesivo precio y ofertas del portal nauta. Todo ello muy controlado y con servicio tan lento e intermitente, que dificulta la conectividad y consume el supuesto ahorro por rebajas.
El año 2016 termina con serias dificultades económicas y la población evidenciando gran descontento, mientras la comunidad internacional ofrece oportunidades. Las autoridades cubanas enfrentan retos que demandan cambios reales.
Miriam Leiva, Periodista Independiente
La Habana, 25 de diciembre de 2016