El PresidenteTrump prohibió el envío de remesas-dólares a los cubanos residentes en Cuba, desde el 27 de octubre
Western Unión no opera más en Cuba.
La Administración alega que sanciona al gobierno gestionado por militares mediante sus empresas.
En realidad, perjudica a todos los cubanos comunes.
Los hijos, nietos, hermanos, tíos, primos y amigos no pueden enviar dinero para ayudar a los cubanos.
Tampoco pueden pagar las deudas contraídas con quienes entregaron sus pequeños ahorros,
y hasta vendieron sus pobres viviendas, para que ellos pudieran llegar a Estados Unidos
en busca de libertad, democracia y bienestar económico y social.
Los ciudadanos de Estados Unidos no pueden viajar a Cuba y los cubano-americanos
difícilmente pueden visitar y ayudar a los isleños, cuando sufren la covid-19,
la crisis económica estructural causada por el gobierno de La Habana
y el endurecimiento del embargo económico y comercial.
La mayoría de los emigrados allá y acá sufre no tener el cariño diario
y no poder mitigar las enfermedades de los seres queridos.
Ellos trabajan duro y contribuyen a la prosperidad de los Estados Unidos.
La reunificación de las familias distanciadas durante décadas,
el empuje de los pequeños emprendedores privados, la influencia positiva de los ciudadanos norteamericanos en las calles
y toda la sociedad cubana, logrados entre 2009-2017 por Estados Unidos en Cuba,
ya forman parte encomiable en la historia de las relaciones entre nuestros dos países.
Las sanciones también perjudican a la sociedad civil independiente
y los opositores que procuran la apertura democrática dentro de Cuba,
distancian al pueblo y brindan justificación a las fuerzas inmovilistas y la represión.
Miriam Leiva
Periodista Independiente
Desde La Habana, 26 de octubre de 2020