La Unión Europea desplegó la sabiduría diplomática de Josep Borrell, su alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión, para trasladar la enérgica respuesta a las declaraciones de Miguel Díaz-Canel sobre el apoyo incondicional a Rusia en su invasión a Ucrania y el enfrentamiento a Occidente, al utilizar el Tercer Consejo de Cooperación EU-Cuba como pretexto de su viaje a La Habana del 25 al 27 de mayo.
El acuerdo entre la Unión Europea y el gobierno cubano para el diálogo y la cooperación alcanzado en 2017 con el levantamiento de la Posición Común de 1996, las relaciones económico-comerciales, el turismo, los proyectos de desarrollo y el progreso en el respeto a los derechos humanos, peligran por los compromisos con Putin, consolidados en los acuerdos suscritos días antes, incluida la esfera militar y de seguridad. Mientras los más de 700 empresarios europeos, principalmente españoles, han tenido que lidiar con las trabas burocráticas, los impagos, la retención de sus transferencias bancarias, la contratación de personal a través de empresas estatales, y las dificultades para importar insumos y equipos, a los inversionistas rusos se harán concesiones que implicarán cambios en leyes, que finalmente también se extenderán a todos los extranjeros.
Durante su conversación con Díaz-Canel, el alto funcionario resaltó las dificultades que está afrontando con algunos países miembros de la UE para sostener el rechazo al embargo, las sanciones y el mantenimiento en la lista de países patrocinadores del terrorismo por Estados Unidos, según se escuchó en la televisión nacional – al parecer por el apoyo a la invasión rusa a Ucrania.
Aunque se pretendió televisar una atmósfera cordial en esa reunión, la ausencia de Bruno Rodríguez por gripe en el Tercer Consejo evidenció un pretexto por la discordia que impediría la suscripción de una declaración, anunciada previo al viaje, como colofón al Consejo. El Canciller había realizado una detallada información sobre el embargo-bloqueo el día anterior en la sesión de la Asamblea Nacional. El viceprimer ministro Ricardo Cabrizas lo sustituyó, pero sobresalió que no participó en la reunión de Borrell con la prensa realizada antes de marcharse, donde la viceministra Anayansi Rodríguez dijo que sus opiniones eran a título personal, lo cual resulta imposible para un funcionario cubano.
En esa ocasión, el Alto Representante expresó que durante este tiempo han avanzado, discrepado, discutido, pero han mantenido el diálogo y la cooperación. “Creo que eso justifica mi viaje a La Habana, que no es sólo una obligación institucional que se deriva de los acuerdos que hemos firmado, sino que también expresa una voluntad política para ayudar y para compartir”. Resaltó el análisis de la invasión ilegal de Rusia a Ucrania.
Borrel ofreció acompañar a Cuba en su proceso de reformas económicas y sociales, y que la Unión Europea no tiene ni la capacidad ni la voluntad de imponer cambios. Pero sí desea tener un marco de diálogo que permita hablar de todo sin tabúes ni prohibiciones. Asimismo, remarcó que se discutió sobre los derechos humanos, las libertades políticas – que incluyen los derechos a las manifestaciones pacíficas, la elección de los gobiernos de forma libre y democrática- y la voluntad de seguir discutiendo, aprovechando la base jurídica que da el Acuerdo para – entre otras cosas- analizar la situación creada antes, durante y después de las manifestaciones y detenciones del pasado mes de julio del 2021. El anunció que el nuevo ciclo de diálogos sobre derechos humanos se realizará durante la visita del Representante Especial de la Unión Europea, el señor Eamon Gilmore, a finales de noviembre.
El Tercer Consejo de Cooperación EU-Cuba y el Foro con más de 50 empresarios europeos y homólogos cubanos, fueron encabezados por Borrell y el vicepresidente Ricardo Cabrizas, acompañados por diplomáticos de 17 países miembros de la Union acreditados en La Habana. El catalán resaltó que la UE es el primer socio comercial y el primer inversor en Cuba, aporta una importante ayuda humanitaria, y un programa de cooperación para los años 2021-2024 que supera los 90 millones de euros, los cuales se invertirán en proyectos de agricultura sostenible, transición energética y ecológica. Asimismo, Borrell sostuvo un encuentro con dueños de mipymes, donde manifestó apoyo al incipiente sector que podría impulsar el desarrollo económico, como en Mallorca.
Las autoridades cubanas están jugando la carta rusa, con dejación de la soberanía nacional, en medio de la crisis económica inédita en la historia de Cuba, y lesionan sus compromisos internacionales, como la presidencia del Grupo de los 77 más China, y la Cumbre UE-CELAC de julio en Bruselas. Aunque los vínculos económicos, comerciales y de colaboración, y los empresarios europeos, mayoritariamente los españoles en el turismo, influyan para que las relaciones no se deterioren, la confrontación podría ser inevitable.
La Habana, 29 de mayo de 2023
Miriam Leiva
Periodista independiente
Reconciliación Cubana 