En el 20 aniversario de la Primavera Negra, escrito por Pablo Pacheco

Sentencia cumplida de aquel secuestro del 2003

El 18 de marzo del 2003 el odio y la intolerancia se enfurecieron contra la libertad y 75 hijos de Cuba.

Todos los involucrados en aquella ola represiva por intentar buscar una camino hacía una Cuba diferente, sabíamos que podían tocar nuestras puertas y así fue.

No puedo y no quiero olvidar ese día en que dormía la siesta del mediodía con Jimito, un bebe de cuatro años, una criatura que no entendía entre el bien y el mal y aún así, lo despertaron para un minucioso registro.

Mi hijo fue la mayor víctima de esta historia,era sólo un niño.

De la noche a la mañana nuestras vidas sufrieron una metamorfosis impresionante, de nuestro dulce hogar a las tenebrosas celdas de la policía política.

Recuerdo como si fuera hoy a las fuerzas del poder irrumpiendo en mi hogar, el odio y la intolerancia era el reflejo mas visible de aquellos militares y la hipocresía brillaba en el semblante de mis vecinos que sirvieron de testigos a la ignominia de un régimen totalitario.

Aunque intento escapar,siempre quedo atrapado en los recuerdos de un pasado que aún lastiman mi conciencia, veinte años se cumplen de aquella primavera del 2003 en Cuba.

Intentaron amedrentarnos y sólo consiguieron hacernos más fuertes, más humanos y sobretodo, más comprometidos con una Cuba diferente.

Encerraron nuestros cuerpos pero no pudieron encarcelar nuestras ideas,quisieron silenciar nuestras voces y nuestras voces gritaban libertad con más fuerza.

La prisión nos obligó a abrazarnos a la esperanza.

Las cárceles eran nuestro nuevo instrumento para gritar otra realidad de Cuba, las vejaciones, atropellos y crímenes de una tiranía contra los hijos de una nación en desgracia por causa de una tiranía.

En cada centro Penitenciario nos convertimos en la voz de quiénes no tenían voz, los reos comunes.

Veinte años después queda el recuerdo y el dolor .

Nuestra isla se destroza, se desmorona ante los ojos de todos los cubanos.

Represión y cárcel es la opción que el régimen usa para quienes buscan otro sendero en un país que es un callejón rumbo al precipicio.

Hoy veinte años después recuerdo que en el papel tengo la sentencia cumplida de aquel secuestro del 2003.

Artículo colaboración de Pablo Pacheco, condenado a 20 años de prisión en la Primavera Negra de Marzo de 2003. Era uno de los más jóvenes.

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