Artículo de Miriam Leiva

SILENCIO TOTAL COMO SI NADA HUBIERA OCURRIDO EN LA HABANA
Sin declaraciones ni un episodio del podcast “Desde la Presidencia”, sobre las inundaciones y derrumbes en La Habana.
El gobierno no ha anunciado entregas de emergencia de alimentos, ropa, calzado y medicamentos en La Habana, luego de las devastadoras inundaciones del 22 de junio. No se ha informado sobre la situación de los miles de personas desplazadas por deterioro y derrumbes de las viviendas, y la pérdida de sus colchones, refrigeradores y otras pertenencias.

Las autoridades deberían reconocer la inexistencia de capacidad económica y las eventuales dificultades para recibir los grandes donativos necesarios, probablemente por las constantes solicitudes a los dignatarios amigos, y organizaciones internacionales. En eventos anteriores, aviones del gobierno de Venezuela llegaron cargados de vituallas, pero la situación previa a las elecciones allí, parece impedir esas acciones. La errática conducción económica tiene que abrirse a la iniciativa particular de los cubanos para lograr la subsistencia y beneficios financieros.

Mientras los torrenciales aguaceros cayeron sobre La Habana, el presidente se paseaba por soleadas localidades de Matanzas y el primer ministro vociferaba en Cienfuegos el retroceso de la otrora ejemplar provincia, el 22 de junio. No los había sorprendido el mal tiempo, que fue anunciado con antelación por el Instituto de Meteorología. Tampoco aparecieron los demás directivos del PCC y el gobierno, con excepción del canciller Bruno Rodríguez que compareció temprano en el incendio del edificio de Malecón y G, frente al Ministerio de Relaciones Exteriores.
En la capital de todos los cubanos, no se vendieron las pequeñas cuotas de alimentos por la libreta de racionamiento pospuestas durante meses, y los míseros salarios y pensiones no permitían adquirir vituallas para seguir sobreviviendo la penuria cotidiana.
El primer secretario del PCC, nombrado en abril procedente de Ciego de Ávila, pidió precaución a los habitantes de La Habana a través de un comunicado aparecido en el periódico Tribuna de escasa circulación. La Defensa Civil no emitió las alertas esporádicas en sus ejercicios propagandísticos. Los sucesos se conocieron por las fotos y narraciones de los aficionados en las redes sociales, publicadas por los medios oficiales, cuyos periodistas estaban atentos al Segundo Pleno del Comité Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) para cambiar los modelos de gestión de la prensa.
Ese sábado, los aguaceros devastaron varios municipios de La Habana, los pobladores casi no recibieron ayuda de las autoridades ni fueron evacuados. Las tanquetas anfibias y otros medios militares y represivos no se expusieron ampliamente, pero permanecieron al acecho de eventuales protestas. Un macabro ejercicio de prueba de la capacidad de asimilación de las penurias y sufrimientos, mientras la elite gobernante disfrutaba de las comodidades en sus confortables hogares.

Domingo y lunes transcurrieron sin que las autoridades emitieran un plan de emergencia. No hubo los tempranos tuits o mensajes en X del presidente, y la principal noticia fue la convocatoria al Pleno del Comité Central del Partido Comunista (PCC) los días 5 y 6 de julio para abordar la producción sostenible de alimentos, y la prevención y el enfrentamiento a la corrupción, el delito, las ilegalidades y las indisciplinas sociales. Esa sería una buena ocasión para anunciar la apertura económica, pero posiblemente solo se adoptarán medidas en previsión del aniversario de las protestas del 12 de julio de 2021.
Las autoridades ratifican el menosprecio por los cubanos, con el abandono a los residentes en los barrios carcomidos, que solo visitan para publicar sus dádivas, sin conocer los nombres de las calles capitalinas. Llegados de provincias más desfavorecidas, pretenden importar el glamour de las fastuosas ciudades visitadas con la construcción del edificio hotelero más elevado de Cuba, compitiendo con el Hotel Habana Hilton, rebautizado Habana Libre. Cuando casi no se construyen viviendas por falta de materiales de construcción, los damnificados de los eventos de la naturaleza pasados y venideros seguirán esperando las calendas griegas.

La Habana, 25 de junio de 2024
Miriam Leiva
Periodista Independiente

1 comentario

Archivado bajo Economia

Una respuesta a “Artículo de Miriam Leiva

  1. cmconticinio

    El pueblo cubano no se merece esta situación, la agonía se está prolongando demasiado. ¡Ojalá pronto veamos un cambio!!! Un fuerte abrazo, Miriam, gracias por tus artículos clarividentes.

Deja un comentario