La VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) no detendrá la extinción de la organización, a diferencia de las aseveraciones de los dirigentes cubanos.
Allí se logró avenencia, unidad en la diversidad, continuidad y renovación, según Bruno Rodríguez. El presidente Miguel Díaz-Canel brilló con su memorable discurso, dijo el canciller cubano a periodistas nacionales transmitido por la televisión.
En realidad, la cúpula cubana retomará la conducción política de CELAC al asumir la presidencia protempore el incondicional primer ministro Ralph Gonsalves de San Vicente y las Granadinas. Este fue el único país candidato, a pesar de carecer de medios financieros y logísticos para continuar los programas y conferencias realizadas por Argentina. Eso harán las autoridades totalitarias a costa de profundizar las penurias económicas, sin elecciones democráticas y con la violación de los derechos humanos de sus ciudadanos.
La VII Cumbre realizada en Buenos Aires el 24 de enero, con la participación de 13 jefes de estado y gobierno de los 33 países miembros, contrario a las palabras triunfalistas de los dirigentes cubanos y los esfuerzos del Presidente Fernández por coronar el salvamento iniciado por Andrés Manuel López Obrador, demostró que la correlación de fuerzas en la región continúa muy confrontacional, sin que las nuevas presidencias izquierdistas en Bolivia, Colombia, Honduras y Chile, unidas a México y Argentina, puedan inclinar la balanza política hacia una concertación similar a la lograda durante los comienzos de CELAC. Entonces, la política del presidente Barack Obama contribuyó al ambiente de cooperación.
Lula llegó a la reunión con la reincorporación de Brasil, retirado por Bolsonaro en 2020, así como aun conmocionado por el intento de golpe de estado y presionado por la inseguridad de los acontecimientos que sobrevendrán, por lo que podía disfrutar de la acogida como la estrella y concertar apoyos para procurar relanzar a Brasil nacional e internacionalmente. Los pesos pesados creadores de la organización Chávez y Fidel Castro ya no existen, mientras Ecuador y sobre todo Perú arden, y los conflictos sociales son fuertes por todas partes.
El presidente Biden procuró acercarse mediante el enviado especial Christopher Dod y Xi Jinping habló por video sobre la cooperación Celac-China para ampliar la pujante presencia en la región. Nicolás Maduro canceló la participación, al aducir posible intento de magnicidio, y también participó con videoconferencia.
La CELAC logró realizar la VII Conferencia de Jefes de Estado y Gobierno al cabo de 5 años de impasse debido a las turbulencias políticas y los cambios de signo en las presidencias de los principales países inspiradores de la organización. Desde la VI Cumbre realizada en República Dominicana en 2017 no fue posible otro gran encuentro. Las presidencias protempore de El Salvador en 2018 y Bolivia en 2019 estuvieron paralizadas, y México realizó los esfuerzos de AMLO en 2020 inmerso en la pandemia de covid-19. El presidente Alberto Fernández asumió en enero de 2021 hasta el presente con la promoción de un amplio plan de trabajo con temas ambientales, culturales, científicos promotores de colaboración y reuniones temáticas, distantes de la confrontación política.
La Cumbre adoptó la Declaración de Buenos Aires con 111 acápites y 11 declaraciones temáticas, donde se incluyeron los intereses de todos los participantes, negociados de antemano y solo pendientes los asuntos controversiales como es usual resolver en estos conclaves, y que luego a duras penas leen los especialistas. El gobierno cubano presentó tres documentos sobre la condena al embargo-bloqueo de Estados Unidos, terrorismo y la exclusión de Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo.
El presidente cubano permaneció del 22 al 25 de enero en Buenos Aires. Según la información publicada, el primer día se reunió con unos 40 empresarios para fomentar el comercio y las inversiones en Cuba. El tuvo pocos encuentros bilaterales con los dignatarios, a pesar de que usualmente aprovechan la presencia en esos conclaves para intercambiar, lo cual sugiere poca acogida por los participantes a excepción de los cercanos políticamente. La televisión cubana presentó varias reuniones con Fernández, en evidente coordinación relativa a la Cumbre, y antes de partir. En su regreso, Díaz-Canel hizo escala para reunirse con Nicolás Maduro, quien le facilitó el avión de su desplazamiento, como hiciera para el periplo en noviembre. Lejos están los tiempos en que Fidel Castro viajaba con dos grandes aviones, y Cubana de Aviación surcaba los aires mundiales.
La CELAC no posee secretaria permanente, sus gestiones recaen en la troika ampliada, conformada por el presidente protempore anterior, el actual y el próximo (que debería estar aprobado), y un representante de Caricom. El peso del trabajo recae sobre el presidente protempore en funciones. San Vicente y las Granadinas es un conjunto de 32 islas en las Antillas Menores, escasamente pobladas por 111 269 habitantes. Su economía descansa en la exportación de banano y el turismo que ha cobrado impulso desde la década de 1990 y tiende al incremento, aunque la competencia en la zona es fuerte. Sus posibilidades económicas son muy limitadas, y ha sobrepasado las crisis económicas por el envío de petróleo venezolano y la asistencia cubana. No cuenta con amplio cuerpo diplomático y personal especializado para realizar los trabajos de secretaria técnica, ni infraestructura para eventos y facilidades de comunicaciones para grandes movimientos de viajeros.
Muy probablemente el gobierno de Cuba asumirá esas cargas, y la presencia de Gonsalves en La Habana será aún más asidua que la actual.
La Habana, enero de 2023
Miriam Leiva
Periodista Independiente