LA TERCER EDAD DE LA REVOLUCION CUBANA
La revolución cubana es una anciana achacosa como la población que va quedando abandonada por los más jóvenes en la huida para no ser devorados. Al cumplir 64 años el 1 de enero, ella debería estar preparando su jubilación para disfrutar de las riquezas creadas en el esplendoroso archipiélago bañado por las aguas del Mar Caribe. Pero pasado el feriado del día 3, se volverá a la dura realidad inmovilista, las consignas con vocabulario errático y la pérdida de credibilidad.
Al denominar 2023 como Año 65 de la Revolución, poco de aquel país próspero queda por destruir, y los caballeros andantes continuadores imponen a sus huestes emprender las batallas contra los molinos de viento a fuerza de medidas, leyes, reglamentos, hambre, miseria, enfermedades, pérdida de valores morales y éticos, robo, corrupción, y represión. La eliminación de los apagones de electricidad de 12-18 horas, que se había comprometido a aliviar antes de fin de año, aparece como una victoria del presidente Díaz-Canel, resultado de su periplo por Argelia, Turquía, Rusia y China.
En la era de la resistencia creativa, la ciencia, la investigación y la innovación, los niños cubanos después de los 7 años van a la escuela sin desayunar, no hay medicamentos, los enfermos crónicos y los ancianos no pueden comprar las cuotas de 2 libras de leche en polvo al mes. El arroz racionado llegará en enero gracias a la donación de 7 500 toneladas donadas por empresas de Viet Nam. Las ventas del pollo importado de Estados Unidos, el aceite y el detergente disminuyen y se espacian. Los métodos de comercialización varían según la imaginación de los directivos locales. Los jabones de lavar son para niños pequeños y mayores de 65 años (como la revolución). En la capital de todos los cubanos, el Grupo Temporal de Trabajo del gobierno provincial ha alertado sobre el incremento de los casos de covid, el dengue y otras enfermedades respiratorias, y ha llamado a incrementar las medidas de seguridad y responsabilidad. Mientras tanto, la basura se desborda en las esquinas por rotura de los camiones, falta de personal y combustible, es poca la oferta de pan “liberado”, han anunciado esfuerzos para vender comestibles durante las festividades de fin de año, circulan 289 ómnibus, el 32% del mínimo requerido, y son larguísimas las colas para abastecerse de gasolina. En el resto del país, el gobierno central ha descargado la responsabilidad sobre los ejecutivos municipales.
El azúcar nutricio de nuestra cubanidad no se puede producir porque no hay caña. Ya no se puede aducir la sequía, las inundaciones, los ciclones para justificarlo. Sencillamente Fidel Castro, auxiliado por Ulises Rosales del Toro, desmontó centrales y gramínea para supuestamente plantar viandas, frijoles, hortalizas y árboles frutales, y así despobló los campos y bateyes. Ahora tampoco hay fuerza de trabajo calificada, obrero ni campesinos. Resulta que AZCUBA se puso a sembrar cultivos cortos y criar pequeños animales para alimentar a sus trabajadores y familiares, en lugar de las cañas. Eso coincidió con la caída de los combustibles y financiamientos procedentes de Venezuela, la falta de liquidez, o sea dinero, y las deudas, que han impedido continuar las importaciones de alimentos, equipos, fertilizantes e insumos en general, y producir para exportar. Desde 2018, el recrudecimiento de las medidas de embargo-bloqueo por el presidente Trump, junto al aislamiento internacional por la epidemia de covid-19, causaron la pérdida del turismo, que debía haber sido la locomotora de la economía cubana. También se ejecutó la demencial construcción de hoteles en detrimento de las inversiones en las obsoletas fábricas y las centrales eléctricas.
Evidencia de la grave situación en la agricultura, la falta de efectividad de las medidas adoptadas y la pérdida de credibilidad de las altas autoridades se aprecian en Ciego de Ávila, donde durante más de tres meses se debió a los ganaderos de Majagua, lo que pone en jaque los planes, y solo se han podido contratar el 33% de la leche de 2023, según Osvaldo Morales. El asunto se ha complejizado a ribetes inconcebibles, expresó el director del Lácteo. Desde ganaderos que se han levantado y se han ido, otros que no han asistido a la convocatoria en su base productiva, hasta quienes han planteado de antemano, con total naturalidad, pagarle a la industria 10 00 pesos por cada litro no entregado, tal y como se indemniza el incumplimiento en la política de comercialización para poder disponer de la producción, –según el periódico provincial Invasor, el 19 de diciembre.
Los escasos recursos financieros se dedicaron a las investigaciones, la producción de las vacunas y el control de la pandemia. Las deudas se acumularon, casi no se pudo importar ni rexportar petróleo y la mayor parte de las actividades productivas se paralizaron. Para hacer la tormenta perfecta, el 1 de enero de 2021 se impuso la Tarea Ordenamiento, supuestamente para unificar las monedas y las tasas de cambio, elevar los deprimidos salarios y pensiones, y lograr eficiencia en las empresas estatales. Sin embargo, al incrementarse los precios ocurrió una cadena de alzas, sin que los ajustes realizados por el gobierno compensaran los costos de los productores, al unísono se ampliaron los precios topados de los productos agrícolas, y se incrementó las cadenas de impagos. La TO se estudió durante 10 años y ha pasado a la historia de Cuba como el empuje decisivo hacia el precipicio. Quienes se sacrificaron durante decenio para disfrutar el vergel en la vejez, hoy no tienen pesos para afrontar la inflación, y solo si reciben remesas pueden sobrevivir dignamente.
La Habana, 20 de diciembre de 2022
Miriam Leiva
Periodista Independiente
Publicados mis artículos en www.cubanet.org
Este texto debería ser de obligada lectura, sobre todo para los “ilusos” que aún creen que Cuba es un paraíso. Más claro, imposible. Y van 64 años de dictadura