Miles de desesperados emigrantes nuevamentet son utilizados por los directivos de Cuba para forzar al gobierno de Estados Unidos a establecer acuerdos migratorios, descomprimir el descontento social y recibir remesas para mitigar la debacle económica causada por su ineptitud, pero siempre achacada al embargo-bloqueo.
Las delegaciones encabezadas por la subsecretaria asistente para el Hemisferio Occidental Emily Mendrala y el viceministro de Relaciones Exteriores Carlos Fernández de Cosio, se reunieron para conversaciones migratorias en Washington D.C, el 21 de abril.
El imperativo de efectuar estas negociaciones se debe al incremento significativo de la migración ilegal de cubanos, reconoció Ned Price, portavoz del Departamento de Estado a los periodistas. También se abordó el restablecimiento de los servicios consulares en La Habana, suspendidos después de los inexplicables problemas de salud entre algunos empleados, y la repartición de cubanos, añadió el funcionario.
El canciller cubano Bruno Rodríguez tuitió que el gobierno de Estados Unidos estimula la migración ilegal y genera las condiciones socioeconómicas que inviten a la emigración. El presidente Miguel Díaz-Canel culpó al recrudecimiento de bloqueo, la guerra no convencional a través de las redes sociales y la utilización de la Covid-19 para las campañas SOS, en un discurso el 9 de abril, publicado 10 días después. Ambos insisten en la concesión de las 20 000 visas anuales suspendidas desde 2017 y el cese del otorgamiento en Guyana.
Las discusiones para la implantación de los acuerdos migratorios Cuba- Estados Unidos concertados en 1984, 1985, 1995 y 2017 usualmente se efectuaban anualmente. Sin embargo, está es la primera revisión desde 2018, cuando el presidente Trump modificó la política hacia el gobierno cubano establecida por su antecesor.
Los cubanos llegados a la frontera desde México se duplicaron de febrero a marzo hasta 32 500, o sea 5 veces más que en octubre. Entre octubre y marzo llegaron 79 800, más del doble que en todo 2021 y cinco veces más que en 2020. Los antecedentes son 1965 Camariocas casi 5 000 personas, 1980 Mariel unos 124 700, y 1994 la Crisis de los Balseros con 30 800. El actual tornado se asemeja a la estampida de miles de cubanos a través de Centroamérica, en 2015-2016 que llevó al Presidente Obama a suscribir el más reciente acuerdo y eliminar la política de "pies secos, pies mojados" por la cual se mantenía la escapada de balseros, que el gobierno cubano decía que quería liquidar.
Nuevamente, el gobierno de Nicaragua entró en el juego, al eliminar el visado, lo que está ocasionando el frenesí de los cubanos por "escapar" del caos al que gran parte de ellos no ve solución. Los isleños aumentarán cuando el Presidente Biden está enfrascado en detener las olas de centroamericanos antes de las elecciones de medio término.
Las escuetas informaciones sobre la reunión denotan el comienzo de un proceso, sin que pueda augurarse grandes cambios en la actual política de Washington hacia La Habana en unos meses decisivos para la actual Administración antes de las elecciones de medio término en noviembre.
La Habana, 22 de abril de 2022
Miriam Leiva, periodista Independiente