Para Seguir Conformando la Unidad: Venezuela y Cuba

El viaje del presidente Raúl Castro  el 18 de abril para participar en las celebraciones del Bicentenario de la independencia de Venezuela se combinó  con otra Cumbre de la Alianza para las Américas (ALBA) y se convirtió el día 20 en  “una visita de trabajo, una visita oficial, para seguir alimentando y conformando la unidad” a decir de Hugo Chávez  al anunciarla.  El jueves 15,  el petro-presidente había dado uno de sus frecuentes salticos a La Habana, procedente de Nicaragua, para “cuadrar” con Fidel Castro el salvamento económico del totalitarismo, si puede una vez más, y garantizar el desfile del General cubano con opulenta  fanfarria bolivariana.

El énfasis de la televisión cubana a la estrepitosa acogida del presidente cubano en Caracas tuvo su colofón en la “nota informativa” al término de la visita que evocaba una pequeña “Reflexión”.   Se narraba como Chávez  recogía al visitante en la residencia para llevarlo al recibimiento oficial en el Palacio de Miraflores y finalmente hasta la escalerilla del avión.

Raúl Castro finalmente colmó de halagos al benefactor, para acuñar la dependencia. “Me voy muy satisfecho porque se consolidan y avanzan las relaciones con nuestros hermanos venezolanos. Cada día somos más la misma cosa”, dijo.  Años antes había chocado la alusión de Carlos Lage a que Cuba tenía dos presidentes (Fidel y Chávez) y de Felipe Pérez Roque sobre la bandera única. Ahora se pretende unidad en pie de igualdad para no dar crédito a  que  “quien paga, manda”, ni que exista asomo de perspicacia sobre la pérdida de soberanía por la mayor de Las Antillas.

La situación financiera del gobierno cubano es tan desesperada que la subvención venezolana es muy insuficiente.  También está complicado el bolivarismo política y económicamente, lo que se  procura remendar antes de las elecciones de septiembre.  Ambos socios tienen que hilar fino y, como dicen los jóvenes cubanos, Chávez no   puede “dejar tirado” a su mentor y sus herederos.  Resulta evidente que las intenciones de Raúl Castro de lograr en Argelia, Rusia, Irán, China, Brasil y Angola salvavidas tan inmensos como los recibidos desde la URSS y sus satélites, y luego de Venezuela, han resultado imposibles.   En esta nueva coyuntura obtiene pequeños créditos de salvataje, donaciones humanitarias de trigo y otras menudencias, pero sobre todo otorga concesiones, que permiten el posicionamiento en lugares claves, como el puerto de Mariel por Brasil para tener notables dividendos, sin licitación,  cuando se abra el comercio con Estados Unidos; el turismo para beneficiarse con los visitantes norteamericanos por China; el petróleo y el gas en las aguas del Golfo por todos los demás, incluida Venezuela y otros.

Además de los muchísimos acuerdos bilaterales y en el marco del ALBA, la “consagración de la primavera 2010” ha sido  más petróleo y gas, no para cubrir necesidades isleñas, sino para obtener petrodólares que den un respiro a la bancarrota del gobierno cubano. Durante la estancia de Raúl Castro se anunció la constitución de la empresa mixta Petrolera VENCUPET SA, con 60% de la estatal venezolana y 40% de Comercial CUPET cubana para explotar y producir durante 25 años.  En la información oficial se constata que “se fortalece la cooperación energética a través del desarrollo de importantes reservas de hidrocarburos, situadas en suelos venezolanos.”  Según expertos, se trata de una zona suave, o sea sin complicaciones y con resultados inmediatos.  Puede sospecharse que  la participación cubana no será con capital; previsiblemente con servicios, o sea personal.

La estrategia de la cúpula gobernante en Cuba de ganar tiempo puede ser que se logre a corto plazo con la nueva insuflación de Venezuela, pero cualquiera persona con sentido común sabe que la gran crisis económica, política y social cubana no  comenzará a resolverse con  respiración asistida. Bien podrían utilizarla para echar a andar el país, soltando las amarras de la creatividad para que los cubanos puedan procurarse una vida adecuada honestamente.  Tampoco parece fiable esperar el fortalecimiento económico de Bolivia en esa batalla por el tiempo, pues además de demorar el auge económico del pobrísimo país, las teorías desarrollistas de Evo sobre transgénicos que causan la homosexualidad y la calvicie, prejuiciosas y anticientíficas, denotan  capacidad limitada y efímera.

Ya no queda tiempo para dilapidar miles de  millones  de dólares como han hecho durante más de 51 años. Con celeridad aún las máximas autoridades pueden aliviar el legado de destrucción y pasar a la historia como rectificadores de su terrible voluntarismo e iniciadores de la apertura.

La Habana, 23 de abril de 2010

Miriam Leiva

Periodista Independiente

* Foto tomada de: http://cuba.foreignpolicyblogs.com

Deja un comentario

Archivado bajo Uncategorized

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s